




Mi experiencia Erasmus en Firenze – Raúl
Introducción
La cultura de Italia es muy parecida a la de España, por lo que en cuanto a la impresión del país, no hubo nada que me llamara especialmente la atención. Mi primera semana en Italia fue sobre todo de adaptación, así que salí a explorar los alrededores de donde vivía. Fui a un parque que había a cinco minutos de mi residencia y también busqué supermercados cercanos.
La empresa
Mis prácticas en Italia las realicé en una empresa llamada Logicad, en un pueblo al lado de Florencia llamado Sesto Fiorentino. Es una empresa que se dedica principalmente a reparar ordenadores de sobremesa, portátiles y otros dispositivos. En la empresa solo estaba Marco, mi tutor y jefe. Como ya había hecho la modalidad Dual durante el curso, tenía muchas horas de experiencia, así que mi horario era de lunes a viernes, 4 horas al día.
Durante las prácticas hice distintos tipos de trabajos: reparar dispositivos, actualizarlos e incluso limpiarlos. En algunas ocasiones también monté ordenadores completamente nuevos por piezas, según lo solicitaba algún cliente. A veces tenía que dirigirme a algún cliente o conocido de Marco, lo cual también forma parte del trabajo, por lo que siempre respondía con respeto y educación.
Lo bueno y lo no tan bueno
Como ya tenía experiencia previa, muchas de las herramientas y programas que se utilizaban ya los conocía, por lo que me adapté rápido al ritmo de trabajo de Marco. Mi relación con él fue buena, es una persona amable y atenta, aunque a veces la comunicación era complicada por el idioma.
Disfruté más las prácticas en Italia que las que hice en España, ya que se centraban casi al 100 % en hardware y reparaciones, algo que me encanta. Lo que más aprendí fue a montar y desmontar portátiles, ya que eran los dispositivos que más traían los clientes. Si tuviera que quejarme de algo, sería de la distancia entre el trabajo y nuestro alojamiento, aunque estaba perfectamente comunicado.
Los viajes
Conforme pasaba el tiempo, fui visitando los lugares más conocidos de Florencia. También empecé a buscar un sitio donde hacer deporte y socializar con gente local o de otros países. Después de preguntar y buscar, encontré un grupo de vóley donde había estudiantes y otros Erasmus como yo. Era un grupo muy divertido, y llegué a hacer amistad con varios de ellos.
Durante el primer mes el clima no fue muy bueno, hacía frío y llovía casi a diario, así que no pudimos salir mucho ni visitar otras ciudades. Cuando acabó ese mes, llegó el buen tiempo, justo cuando unos amigos vinieron a visitarme. Fui a recogerlos a Bolonia y pasamos el día allí. Por la tarde volvimos a Florencia, y al día siguiente les hice de guía y les enseñé la ciudad.
Cuando mis amigos regresaron a España, tenía pensado ir a Pisa, pero el calor me echó para atrás y al final no hice más viajes. Cada semana seguía jugando al vóley con el grupo que mencioné antes, lo cual me ayudaba a hacer algo de ejercicio.
La vuelta
Los días pasaron muy rápido y finalmente llegó el momento de volver. Me habría gustado quedarme, ya que Florencia me encantó. Es una ciudad preciosa, muy viva, pero también con rincones tranquilos si te alejas de la zona turística.
Volvería sin dudarlo, e incluso me quedaría a vivir allí una temporada. Ha sido una experiencia genial, y si pudiera, la repetiría sin pensarlo dos veces.

Raúl
Alumne del Copernic
Raúl ha realitzat les seves pràctiques durant el segon curs de SMX.